Es una reacción inflamatoria de la piel causada por una respuesta alérgica a una sustancia específica que entra en contacto con ella. Esta reacción es una respuesta inmunitaria retardada, lo que significa que los síntomas no aparecen inmediatamente después del contacto, sino que pueden tardar horas o incluso días en desarrollarse

Enfermedad crónica en la que las vías respiratorias se inflaman y se estrechan, lo que provoca dificultad para respirar, tos, silbidos y opresión en el pecho.

Respuesta inmunológica exagerada a ciertos alimentos (como leche, huevo, nueces o mariscos). Puede causar desde urticaria hasta reacciones graves como anafilaxia.

Inflamación de la mucosa nasal provocada por alérgenos como el polen, polvo o pelos de animales. Los síntomas incluyen estornudos, congestión nasal y ojos llorosos.

Erupción cutánea con ronchas rojas que provocan picazón intensa. Puede aparecer por alergias, infecciones, medicamentos o incluso estrés.

Intolerancia del sistema inmune a las proteínas de la leche de vaca en bebés o niños pequeños, provocando síntomas digestivos, cutáneos o respiratorios.

Forma de asma que se desencadena durante o después del ejercicio físico, causando tos, fatiga y dificultad para respirar.

Infecciones frecuentes como resfriados, bronquitis o sinusitis. Son comunes en niños y a veces están asociadas a alergias no controladas.

Inflamación de la conjuntiva (membrana del ojo) por contacto con alérgenos. Provoca ojos rojos, picazón, lagrimeo y sensación de arenilla.

Reacción alérgica causada por alérgenos ambientales comunes. Estos pueden provocar síntomas respiratorios como rinitis o asma.